Ante las muchas críticas registradas por el clima de violencia en el país, el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, apareció en el escenario para presumir no sólo la baja en los índices de delitos como el secuestro y la extorsión, sino para puntualizar que el país vive el mejor clima de seguridad en mucho tiempo.
Pero, ¿las cifras en realidad hablan de la paz y confianza existentes en el país?
Es obvio que entre otras muchas cosas, el gobierno de Enrique Peña Nieto intenta demostrar que los dichos del Papa sobre los riesgos en Argentina de “mexicanizar” los problemas, están infundados. Se quiere demostrar que en el terreno de la violencia, hay avances y muy importantes.
Sin embargo, el clima que priva en el país no puede quedar encerrado sólo en las cifras, por positivas que puedan ser, en el terreno de la violencia ligada a cierta delincuencia. Por lo tanto, no deja de ser importante lo que no se dice en las cifras presentadas por el secretario Osorio Chong. Lo mismo que los temas que no se mencionan, pero que, se acepte o no, pasan a formar parte de la “mexicanización” de los problemas.
Al tiempo que el Secretario de Gobernación presumía la baja en delitos, o en algunos de ellos, en Guerrero continuaban los desmanes y la tensión se elevaba.
Así, bloqueos en carreteras, enfrentamientos con la autoridad y las millonarias pérdidas en todos los campos se han convertido en algo “normal” en la entidad. Y habría que preguntarse en que rubro estos hechos violentos serán ubicados por la Secretaría de Gobernación. Del mismo modo, habría que preguntar si esa violencia no es mala, a pesar de los problemas que provoca, ya que no se toma en cuenta al momento en que las autoridades deciden combatir ese flagelo.
Guerrero se encuentra al borde de la explosión social. Pero no es la única entidad con serios problemas de violencia. Veracruz se convirtió ya, en una de las entidades con mayores índices en ese campo. Y la pregunta es obligada: ¿esa violencia cómo se contabiliza?
La “mexicanización” llega también al campo político. Y las instituciones que deben no sólo vigilar los procesos electorales, sino alcanzar la confianza absoluta por parte de los ciudadanos, se encuentran en estos momentos, en caída libre.
Lorenzo Córdova ha demostrado que no basta con ser “hijo de papi” para contar con la capacidad necesaria para desempeñar cargos de primer nivel.
El INE que encabeza, se ha metido en un problema de credibilidad. Justo el único campo en el que tendría que caminar sin tropiezos. Y buena parte del conflicto nace de la incapacidad para conducir los trabajos de la institución, algo que es responsabilidad total del señor Córdova.
Obviamente, el problema del INE, o en el INE si se prefiere, es que su conformación fue producto de una negociación entre los partidos políticos. Al menos los más importante. Y los partidos que hoy se quejan de los resultados alcanzados, son los mismos que en su momento, festejaron en todo lo alto, el “avance” que se lograba en el terreno electoral con los cambios efectuados, uno de los cuales fue la aparición del INE en el lugar que dejaba el viejo IFE.
Como quiera que sea, el problema en el órgano que tiene la responsabilidad de hacer que las elecciones sean algo confiable, esté en crisis. ¿Y ello no es algún tipo de violencia? ¿Cómo se cataloga y cómo se mide?
El optimismo del señor Secretario de Gobernación parece ser demasiado grande. Se puede presumir la baja en algunos delitos, especialmente si los datos son realmente ciertos. Pero de ahí a pensar que la “mexicanización” de los problemas es algo que no existe, hay un tramo muy largo.
El gobierno ha recibido muchas críticas por el repunte en la violencia. Y los dichos del Papa fueron la gota que derramó el vaso.
Pero responder a todo, con verdades no completas podría no ser lo mejor. Después de todo, el país, en muchas partes, nos demuestra día con día, que el optimismo oficial podría no corresponderse con la realidad. Y esa realidad podría en plazos bastante cortos, convertirse en algo difícil de vencer con base en cifras no totales y discursos no completos.