Isidro Bautista Soriano

Confianza en Guerrero

Confianza en Guerrero
Periodismo
Enero 21, 2016 21:15 hrs.
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La postura que ha asumido el gobernador, Héctor Astudillo Flores, ante el problema de la inseguridad, ha inspirado confianza en la sociedad, pues ha sido siempre invariable: admitirla como el cáncer social número uno, sin soslayarlo en ningún momento.

Una señal lo constituye el anuncio de la celebración de la 79 edición de la Convención de la Asociación de Bancos de México (ABM) que se realizará en marzo próximo, después de las versiones que corrieron en el sentido de que se la llevarían a otra parte del país, como Cancún.

“Estoy muy complacido, porque es un gran gesto de confianza que, sin duda, valoramos. Vamos a hacer todo lo que está en nuestras manos para hacerlo bien”, expresó el mandatario estatal a un grupo de los banqueros encabezados por Juan Carlos Jiménez, director general de la Asociación de Bancos de México, con el que se reunió esta semana en Acapulco.

Se trata de un hecho que debe llamar la atención porque ese grupo de connotados empresarios determina seguir llevándolo a cabo en territorio guerrerense, y al que normalmente asiste el presidente de la República en turno, ya sea por la inauguración o clausura, justo cuando cabría la apuesta de que huirían por la ola de violencia observada en los últimos días en esta entidad federativa, en que hasta a los turistas extranjeros se ha recomendado incluso no visitarla o hacerlo con cuidado extremo.

Es otro resultado admisible del gobierno de Astudillo, como también debe verse su llamado a los poderes Legislativo y Judicial para contrarrestar la crisis de inseguridad, sobre todo el primero, en lo particular para que adopte responsablemente el papel constitucional que le corresponde ante la reforma vigente desde 2008 en materia de seguridad y justicia penal.

Ojalá todo el personal jurídico del Tribunal Superior de Justicia, que preside Robespierre Robles Hurtado, esté a la altura de esa reforma que representa un cambio en los sistemas de procuración y administración de justicia, y que no por falta de capacitación profesional o demás necesidades que implica su implantación total, existan las mismas deficiencias, o sean peores, a tal grado que muchos sujetos que deban pisar cárcel anden sueltos, y que ello irrite más a la sociedad.

Un clamor fuerte e incesante en Guerrero es precisamente por la justicia. Habrá que acabar con la imagen de un Tribunal al que los propios magistrados han tenido como agencia de colocación de familiares y amantes, y dar el rostro que realmente debe tener, de imparcialidad y celeridad. El mismo Robles tiene que cuidar su figura institucional de cabeza de ese órgano judicial para no dar pie a malas interpretaciones, aunque tenga que privarse de ciertos derechos que concede la ley a todo ciudadano.

En la misma sintonía tendrán que estar el fiscal general, Xavier Olea, y el secretario de Seguridad Pública, Pedro Almazán Cervantes, con sus policías primordialmente.

¿Podrían, principalmente en los distritos judiciales de Chilpancingo y Acapulco llevar y someter a juicio a presuntos responsables de casos más o menos parecidos a la magnitud del ayotzinapazo ocurrido en Iguala, donde de inmediato hubo 22 policías detenidos, sin que, por cierto, a la fecha ninguno de ellos haya podido obtener la libertad?

No habrá que echar nada al saco roto. Ángel Aguirre Rivero ya lo vivió. n

isidro_bautista@hotmail.com

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