Raymundo Ruiz Avilés
Taxco, 23 de julio. Desechos tóxicos de talleres artesanales, descargas de aguas residuales de comunidades después del humedal artificial y la llegada de paracaidistas a las laderas del afluente, son las principales afectaciones que tiene el río San Juan porque se han rebasado las normas oficial de salud “en todo sentido”, denunció el encargado del agua potable de la comunidad de San Juan de Dios, Juan Carlos Aranda López.
“No nada más de patógenos, sino que aparecieron residuos de agroquímicos, pesticidas, ácidos plateros, y suponemos que exista la presencia de algún metal pesado; esta información es producto de un monitoreo que se mandó hacer por parte de estudiantes de la UNAM, y los primeros resultados son alarmantes, porque están rebasando las normas en todo sentido”, informó.
Explicó que lo último que se ha detectado son desechos de los ácidos nítrico y sulfúrico que utilizan los plateros para el proceso de la elaboración de piezas en el metal blanco, porque la misma población de las comunidades abajo del nuevo sistema artificial de filtración de “agua nos ha pegado muchísimo; es decir las poblaciones son de El Cedrito y Acamixtla”.
Dijo que el humedal artificial que está funcionando ahora tiene ese problema, debido a que se filtra el agua de las poblaciones “arriba, y cuando llega a estas últimas se contamina otra vez el líquido”.
“Ahora se está reflejando el problema de contaminación cuando comenzaron a secarse los árboles de Sabino de la ribera del río, que ya no tiene ningún tipo de vida acuática; estamos hablando de cinco años atrás”, denunció.
Aranda López dijo que ahora el afluente enfrenta un nuevo problema, que consiste en que ha llegado “un paracaidista a las laderas del rio, cuando los cauces son del orden federal,; sin embargo, no se respeta y ya se construye una vivienda sin importar los riesgos que corre cuando el río crezca, y pueda ocasionar un accidente severo”.
Habló de su comunidad diciendo que los drenajes también están ocasionando contaminación aportando sus aguas negras y desechos sólidos, que aparte del drenaje al aire libre, las barrancas se han “convertido en tiraderos” de todo tipo de elementos que afectan el medio ambiente