En Guerrero, de la frivolidad a la responsabilidad

Me parece claro que la inmensa mayoría de los homicidios dolosos que se están cometiendo en distintos puntos de la geografía guerrerense, particularmente en Acapulco, Chilpancingo, Iguala y municipios de la montaña baja como Chilapa, son el resultado de una guerra sin cuartel entre bandas del crimen organizado por el control de las plazas. Ya se ha dicho.
Desde luego que en nuestra entidad la guerra entre bandas ha traído lo que conocemos como daños colaterales. No se sabe con certeza el número de bajas de personas (niños, mujeres, adultos) que han muerto en medio de las balaceras, pero el hecho real es que esto ocurre.
Y más allá de esta conflagración que de hecho inició el 6 de diciembre del 2012, cuando el presidente Felipe Calderón Hinojosa le declaró la guerra al narcotráfico y propició que los grandes cárteles se convirtieran en una multiplicidad de grupos delincuenciales en todo el país, en Guerrero, efectivamente, el gobernador Héctor Astudillo Flores desarrolla políticas públicas con una evidente celeridad.
Con el apoyo irrestricto del presidente Enrique Peña Nieto, pero también con una administración estatal que en poco tiempo ha encontrado la ruta del orden para ir al encuentro de los problemas (de toda índole) y resolverlos, vemos que la frase exclamativa ¡Sí se puede! Es posible que se transforme con el paso del tiempo en ¡Sí se pudo!
En Guerrero la evaluación de los docentes, con todas las dificultades del caso, se llevó a cabo. Los bloqueos a las carreteras han disminuido ostensiblemente. Se están haciendo esfuerzos para combatir el dengue y la chinkungunya. Apenas el domingo 13 de este mes arrancó un intenso programa de nebulizaciones terrestres y aéreas por lo pronto en Zihuatanejo, Acapulco y Chilpancingo. Se están cubriendo las entregas de recursos a adultos mayores. Ya se elaboran programas para atender a La Sierra como la octava región económica de la entidad. En Zihuatanejo el viejo y ruinoso muelle para embarco y desembarco de turistas, habrá de rehabilitarse. Con el apoyo de su esposa la señora Mercedes Calvo, la política social del gobernador Astudillo se ve todos los días. Hoy las zonas turísticas están casi blindadas y al mismo tiempo se despliega la organización de una Policía profesional para dar mayor seguridad a la población. Mucho más puede escribirse sobre esta temática, pero ahora, reflexiono, el Gobierno de Astudillo Flores, alejado de la frivolidad con la que se “ejerció” el poder en el pasado reciente, está aplicando la fórmula de la responsabilidad para cumplirle a la gente. Todo esto…en menos de dos meses. Ya veremos.