José Arroyo Reyes
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Sábado 12 de diciembre de 2015. Ciudad de México, D.F.-Al festejar el cumpleaños 484 de las apariciones en el Tepeyec de la Santísima Virgen María de Guadalupe, el Cardenal Norberto Rivera Carrera, abrió la Puerta Santa en la Basílica de Guadalupe de la ciudad de México e inició el Jubileo de la Misericordia, además presidió la celebración de la Eucaristía de las Rosas.
A las doce del día de hoy, el obispo, acompañado de presbíteros nacionales e internacionales recorrió desde el antiguo templo guadalupano hasta la actual Basílica para abrir la puerta principal, y de esa manera iniciar el Año Santo extraordinario, el Año de la Misericordia en México.
Ya en el interior del majestuoso y bello templo Mariano y ante miles de peregrinos venidos de todos los confines geográficos de nuestra patria y del extranjero, a través de un video, el Papa Francisco envió un mensaje a los mexicanos y a Latinoamérica para confirmar su vieja a México el próximo 12 de febrero del 2016 “yo estaré visitando a la Morenita el día 13 de febrero”.
En su homilía, el Cardenal Primado de México, luego de resaltar la Misericordia de Dios para la humanidad, invitó a los presentes y ausentes a aceptar y recibir las bendiciones través de este decreto de paz, amor y Misericordia de Dios, atreves del Papa Francisco.
Mientras se celebraba la misa y la bendición de las Rosas dentro de la segunda Basílica católica más visitada en el mundo, en el exterior del templo, miles y miles de peregrinos con mucha fe agradaban a la Morenita del Tepeyac entonaban cantos, oraciones, alabanzas y bailes autóctonos místicos de todos los estados del país mexicano.
El color del vestimenta de los indígenas llegados principalmente de los Estado de México, Guerrero, Puebla, Michoacán, Hidalgo y del norte de la República mexicana brillaba con lo candentes rayos de sol “vimos ríos de fe y de amor puro para la Lupita”
A pesar de que el atrio del templo estaba inundado de basura, los peregrinos de todas las clases sociales de México convivían en hermanada y unidad en torno a la Guadalupana “grande muestra de gastronomía de sus estados de origen, la gente degustaba alegres a pesar del cansancio que se reflejaba hondamente en sus rostros y en sus cuerpos por todos lados”.
A esta fiesta de la unidad de los mexicanos, hubo cientos de invitados extranjeros del Continente Americano, de Asia y de Europa “vimos ondear sus banderas orgullosamente por todos lados, dentro del templo y en la gigante explanada de la Villa de Guadalupe.
La experiencia Mariana es única en la vida, algo así como mágica con un halo de mucha luz, pues no hay palabras para describir y entender todo lo que ahí pasa en la gente y en una divinidad venida del cosmos que nos dice insistentemente no tengan miedo “¿no estoy aquí yo que soy su madre? “
(Más imágenes en los próximos días, tenemos de unas mil, y les ofreceremos cuando menos una cien)