Guerra equivocada

Las súper potencias –las que presuntamente se disputaban el predominio mundial- se han aliado para combatir terroristas que habitan en los suburbios de sus mismas ciudades, y de las que salen para manifestar su resentimiento social en contra de la sociedad de consumo, la asidua a los bares y restaurantes de postín de las capitales europeas, pero que hasta ahora no ha atacado las sedes gubernamentales ni enarbolado una ideología de dominación mundial o de apoderarse de territorios enemigos.
Se trata –en el caso de los ataques de la noche negra de Paris el viernes 13- de jóvenes musulmanes permanentemente segregados de los poderosos política, económica y socialmente y que los dibuja magistralmente el cartón de Charlie Hebdó en donde un joven baila y bebe y con el cuerpo perforado derrama el espumoso vino e indica: “Ellos tienen las armas, que se jodan, nosotros el champaña”. Es, en síntesis, la lucha por el placer que da la riqueza, de la que están lejanos los yihadistas.
Si se trata del resentimiento social de millones de jóvenes –no sólo musulmanes, sino de distintas nacionalidades como se puede observas cuando miles de mexicanos arremeten contra edificios coloniales y centros comerciales en sus protestas-, el llamar a una guerra mundial y comprometer a otros países en una lucha doméstica contra delincuentes comunes, indudablemente que Francois Hollande no es ni un estadista ni un Jefe de Gobierno que comprenda la realidad social del mundo.
El terrorismo combatido con más violencia sólo agudizará el conflicto, como ya se ha señalado oportunamente, sin salida digna; se espera que la prudencia de los gobernantes involucrados en esta lucha doméstica evite una nueva conflagración mundial como ya ha ocurrido en otras ocasiones en que, por una imprudencia –aunque el acto terrorista de París es una atrocidad- se generan peores males que los que se pretenden resolver; para estar a la altura de su país, Hollande cuando menos debe conocer su Patria y sus desigualdades sociales.
TURBULENCIAS
Comparece Andrade ante diputados
Al comparecer ante la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados que preside Luis Maldonado Venegas, el titular de la secretaría de la Función Pública, Virgilio Andrade, dijo que en relación al conflicto de interés, se ha convertido en una obligación constitucional el que los legisladores establezcan cuál debe ser el tratamiento a este concepto vinculado con el ejercicio público. En ese sentido, “el tema tiene que ver con ámbitos temporales, de relación y de elementos materiales involucrados”. Respecto a obligar a que las obras de alto impacto publiciten contratos o concesiones, dijo que la Ley General de Transparencia obligará paulatinamente a las instituciones públicas hacer evidente todo tipo de decisiones que tomen y, más aún, que se establezca un sistema de contrataciones abiertas de manera creciente. En respuesta al caso de OHL, señaló que cada vez que se presentan casos de carácter particular y de interés público, la SFP tiene la obligación de abrir auditorias. Informó que se abrió una por los reportes que la empresa OHL ha entregado en el mercado bursátil y la propia Comisión Nacional Bancaria y de Valores anunció que en los próximos días se dará a conocer su veredicto específico. Respecto al tema de la Casa Blanca, indicó que este asunto ya es un caso cerrado al igual que otros temas como el del titular de Hacienda, Luis Videgaray, cuyas investigaciones ya concluyeron…
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