Sergio Enrique Castro Peña

Hablemos de utopía, anarquía o del “big brother” /II de II

Hablemos de utopía, anarquía o del “big brother” /II de II
Periodismo
Enero 13, 2016 18:58 hrs.
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Sergio Enrique Castro Peña › guerrerohabla.com

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En 1948 el escritor inglés, autor del libro “La Rebelión en la Granja”, George Orwell publicó su obra “1984,” cuyo nombre se deriva del anagrama de los dos últimos dígitos del año en que fue escrita. Ella, se convertiría en su trabajo más influyente y reconocido al destacarse por su carácter premonitorio y el crudo análisis que realiza sobre el objetivo de los gobiernos totalitarios: la supresión del individuo.
“1984” es, ante todo, una novela y como tal, una alegoría. El valor actual derivado de las interpretaciones del contenido es que se ha se liberado de la restricción de que se trata de una prospectiva con fecha de caducidad. “1984,” es una referencia del autor para atraer a sus lectores sobre los problemas que trata por medio de sus personajes y el tiempo en el cual se desarrollan. Con ello, superó las restricciones temporales para que los lectores estuvieran en posibilidad de centrarse en la problemática central: un mundo donde todo es posible verlo. Todo y todos están a la vista. La vida privada ha desaparecido por exceso de transparencia. La información es transformada, por su estridencia y constante reproducción, en algo que forma parte de un drama sin fin y no de conocimientos que puedan ser utilizados en la actualidad o en un futuro cercano.
Otro de los aspectos, que no se deben tomar literalmente es el concepto de un sistema totalitario. George Orwell tomo el símil de la Unión Soviética, y en forma directa a José Stalin, como el modelo perfecto de representación de un gobierno opresor con un culto absoluto a la personalidad del líder. El siglo XX estuvo plagado de líderes tiranos y demagógicos quienes en sus inicios representaron una esperanza, pero en la concretización de las mismas los sometieron a tiranías en donde el control de las ideas, el pensamiento y la difusión de las mismas fueron fieramente controladas. Ejemplo de ello son un par de personajes. Uno, Adolfo Hitler quien primero rescató a Alemania de una depresión económica y la fortaleció como potencia política, económica y militar. Ello, en el corto plazo, le dio al ciudadano alemán una época de prosperidad. Posteriormente, habría de conducirlo a la terrible Segunda Guerra Mundial. Otro, José Stalin llevó al pueblo ruso a ganar la guerra contra la Alemania de Hitler y posteriormente lo sometió a un régimen de opresión y aislamiento, con la famosa “cortina de hierro”. En ambos casos, el uso masivo de la tecnología de comunicación de ese tiempo: radio, prensa, televisión, cine, literatura, teatro y cualquier expresión artística, era controlada y supervisada para que sirvieran exclusivamente a los fines del estado, pero principalmente al líder.
Estos sistemas totalitarios, marcaron un hitó en el rol del controlado y el controlador, dado que para una mayor eficacia y eficiencia en los sistemas de control, se requería que los controladores conocieran todo con respecto a los controlados: sus nombres, sus direcciones, situación legal, profesión, oficio, antecedentes laborales, políticos y penales, una radiología y una biografía de cada uno de los ciudadanos. Mientras que la información sobre los controladores es escasa, difusa, casi virtual, los vemos, los escuchamos todos los días y a toda hora, pero realmente desconocemos quienes son, que piensan y, lo más importante, que quieren lograr. Su importancia e influencia a partir del siglo XIX se ha incrementado considerablemente, llegándoseles a identificar como el “cuarto poder” o como algunos estudiosos de la política y el poder expresan: “los medios ya no son los hacedores del poder, son el poder.”
Nuestra vida privada dejo hace mucho tiempo de ser privada, solamente recordemos lo sucedido hace algunos años, en la época en que era presidente Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, que con el pretexto de incrementar la seguridad y de que la delincuencia organizara no hiciera mal uso de los “celulares”, los usuarios tenían que proporcionar a la compañía telefónica todos su datos personales. Posteriormente, se presentó un escándalo sobre la venta de esa información a entidades fuera del ámbito original y fue a parar en manos de instancias gubernamentales, comerciales y políticas, escándalo que tuvo el mismo final cuando los involucrados son los del sector controlador. En esa época, también se anuncio el “Centro “, destinado a supervisar y controlar todas las llamadas que se realizaran en el país, con el objeto de ubicar a los integrantes del crimen organizado y así facilitar su captura.
En la actualidad, la capacidad de almacenar información ha crecido a niveles que los dictadores antes mencionados jamás hubieran imaginado. Ha llegado a niveles tales que con los perfiles de la población captada es factible determinar su ubicación geográfica, nivel de ingreso, religión y bienes que consume. Ello puede permitir crear perfiles de actuación de un universo poblacional específico, determinando cuáles son sus preferencias, como se comportan dichas preferencias y porque las tienen. Asimismo, es factible determinar bloques poblacionales de todos los niveles y de todos los comportamientos. Con ellos, no solamente es factible tener una fotografía de los sectores sino elaborar escenarios diferentes sobre el comportamiento de los individuos en todos los niveles económicos y sociales, de todas las edades, cuáles son sus preferencias y sus rechazos. Esto significa que nos encontramos en el umbral de una nueva era en donde, por vez primera, no solamente conoceremos quienes fuimos, quienes somos, sino lo que es más significativo quienes seremos o como podemos ser.
Por otra parte, se tiene la manipulación del lenguaje. En el libro se Orwell, tenemos que considerar la técnica utilizada por el escritor para hacer más accesible su idea, se presenta de una forma muy burda pero reconocible en todos los mensajes ya sean estos comerciales, educativos, religiosos o políticos. Palabras como patria, honor, compromiso, verdad, mentira, fe, guerra, paz, democracia, corrupción, son usadas y se les da el sentido que permita acomodar el objetivo del mensaje, pero las escuchamos en forma tan constante que a pesar de su cambio de significado, nuestro cerebro instintivamente realiza y acomoda ese significado a la intención del mensaje. De esa manera, no importa lo que se dice, sino cuando y donde se dice. La verdad, como tal, deja de serla en los medios de comunicación masiva actual. La verdad generada en las esferas privadas, gubernamentales o personales, pasa de ser un dato para transformarse en información. La verdad original al difundirse termina siendo una nueva verdad, una nueva realidad que produce una situación con su propia problemática, en la que los creadores, los medios, imponen una solución de acuerdo a sus intereses, esos nuevos intereses que al final se transforman en los de la sociedad.
Aunado a ese conocimiento, se tienen los avances espectaculares, no limitados al funcionamiento del cerebro y al comportamiento humano. Estos, son reforzados por la genética y los campos para utilizarla tanto en la medicina para tratar enfermedades que se presentan actualmente como en los campos de la prevención de canceres, alta presión, enfermedades coronarias, diabetes y otros, incluyendo las funciones y capacidad del cerebro. Esto permite acelera el proceso de evolución y con ello, estar en posibilidades se crear un “ser humano nuevo”, una utopía. Pero, esta tecnología, no está a la disposición de todos y por todos. Los que si están en posibilidades de acceder a ella, las economías más avanzadas y las grandes corporaciones, las están utilizando en sus campos de interés.
Estamos rodeados de juguetes electrónicos. Día a día somos bombardeados con una avalancha interminable de nuevas formas con mayor velocidad que no dejan al consumidor con la posibilidad de evaluar su utilidad y conveniencia real de ser sustituidos. Dentro de ese caudal de novedades tecnológicas sobresalen los juegos, de aparente inocuidad, pero cuyo origen y propósito no es claro. Sobresalen los violentos, de manejo de equipo, de vigilancia, identificación y seguimiento de supuestos enemigos. Juegos que posteriormente los vemos usados en acciones bélicas y de seguridad y que son, finalmente aceptados, en algunos casos, como signo de avances y, en otros, como medios para ser utilizados en actividades cotidianas o, primordialmente, de seguridad.
Pero la aparición y el uso de toda esa tecnología no son inocuos. Políticamente hablando, llevan implícitas una moral. Aparecen un malo, un bueno y los identificamos por el ganador y por el perdedor no hay términos medios. La idea es convencernos de que eso es distinto a todo lo demás y en torno a ello debe generarse la unidad. Todo aquello que se aparte de ese concepto debe ser rechazado, combatido, destruido y cuando ello se logre, será factible decir que ha triunfado lo que nos dijiéron era lo bueno, era lo correcto en términos morales, éticos y políticos. Al aceptarlo, implícitamente, seremos parte de la sociedad, de una utopía, su utopía. Hemos aceptado las reglas impuestas por el “big brother.” Por lo tanto, poco nos importa sí somos observados, nosotros queremos ser parte de esa sociedad y no aparecer como marginados, por ello estamos dispuestos a mostrar la mayor parte de nuestros actos, inclusive aquellos que pertenecen exclusivamente a la esfera privada. De no hacerlo, podríamos ser acusados de incitar a la anarquía. De querer romper ese mundo maravilloso de la utopía de la comunicación. De desafiar las reglas impuestas por el “big brother” que al parecer, como la música que transmitía aquella estación radiofónica, ha llegado para quedarse. sergiocastro6@yahoo.com
El próximo 17 de Enero se realizaran las elecciones extraordinarias a gobernador de Colima. El tono de las campañas ha sido la esperada, llena de acusaciones y exhibiciones de malos comportamientos los cuales le señalan a la población de Colima, que honestidad no esperen y del tipo de gobierno o respuestas a sus carencias, siguen estando en el mayor hermetismo. Pero, de una cosa si deben estar consientes, su elección para escoger gobernador ha sido un laboratorio, en donde los principales partidos políticos, probaron todas las herramientas y tecnologías disponibles, que se han expuesto en este escrito, para convencerlos de que sus candidatos son los mejores o, por lo menos ellos no encontraron otros mejores. De igual manera, será una prueba, de mucha relevancia, del efecto que la gira del Papa por tierras mexicanas en los campos políticos, porque los pastorales, se puede inferir de la anterior visita del Papa Juan Pablo II, a mediano plazo no tuvo ninguna incidencia en, no digamos disminuir, sino en parar esa disminución del porcentaje de mexicanos que pertenecen y practican los dogmas de la Iglesia Católica Apostólica y Romana. ¿Que pasara en los eventos antes señalados o qué repercusiones ocasionarán? Esto seguirá cayendo en el campo de prospectiva o la especulación pura hasta que se cumplan los tiempos. O, como decía un político mexicano “poco vivirá el que no lo vea”.
Anexo 1: Con la captura del “chapo” dos preguntas me surgen. Qué prevalecerá: ¿Los interesen de los Estados Unidos de América en afianzar su hegemonía sobre México, al pretender hacer acuerdos con el narcotraficante para intercambiar información “delicada” sobre los diversos sectores de poder? o ¿El gobierno mexicano aprovechará, como piden algunos sectores, la oportunidad de darle un cambio sustancial al sistema de justicia que tanto requiere el país? ¿Usted, qué opina?
Anexo 2: El PAN y el PRD anunciaron alianza electoral para la contienda en los estados de Veracruz y Oaxaca. Con ello, muestran grandes deficiencias cognoscitivas y de amnesia. Cognoscitivas, porque, de haber leído a Maquiavelo, sabrían que cuando dos fuerzas medianas, equilibradas entre sí, se alían para vencer una superior, si llegan a triunfar, al final una de ellas, si no es que las dos, quedara destruida. En este caso, por antigüedad y por lo que nos dice la historia reciente, será el PRD.
Anexo 3: Todo parece indicar que para algunos “comunicólogos” y disque “economistas”, el tiempo, cuando se nos hizo creer que el valor del dólar era el signo de nuestra mexicanidad, no ha transcurrido y siguen aferrándose a no reconocer que el valor de una moneda es determinada por el mercado cambiario, el grado de libertad que tiene ese mercado es harina de otro costal. El valor internacional de la divisa estadounidense y el precio del petróleo, hay que buscarlos en las estrategias extra-económicas de la primera potencia del mundo.

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