Es ésta la vigésima temporada en que se aplica el horario de verano, medida que cuando se inició generó la protesta de todos los partidos de oposición, pero que ha persistido y al parecer llegó para quedarse, pues desde entonces los gobiernos arguyen que se tienen grandes ahorros en gasto de energÃa al aprovechar más la luz natural.
Sin embargo, desde sus orÃgenes, diversas voces han acusado que el cambio horario no obedece a lo mencionado oficialmente, sino que fue resultado de acuerdos no escritos derivados de la aplicación del Tratado de Libre Comercio.
Muchos elementos apuntalan esa sospecha, como el hecho de que al entrar en vigor, dos años después de la puesta en marcha del TLC, su calendario coincidÃa exactamente con el norteamericano.
Años después, en Estados Unidos el periodo de aplicación se amplió, y ahora empieza en los primeros dÃas de marzo y se extiende hasta el inicio de noviembre, pero a partir de entonces todos los municipios fronterizos mexicanos se rigen por las fechas de aquel paÃs, y no por las del nuestro.
En cambio, en Sonora no se aplica el horario de verano, pese a los beneficios que se pregonan a nivel nacional. La razón es simple. Esa entidad es vecina de Arizona, y ahà no hay cambio de horario, y Sonora se pliega a esa costumbre, sin importar que a su alrededor Baja California, Chihuahua, Sinaloa y todo el paÃs modifiquen su hora.
Todo ello se vuelve evidencia de que la medida simplemente trata de sincronizar la economÃa y los negocios a los dictados de la nación del Norte.
Y es que eso de andar adelantando y retrasando relojes tiene sentido en los paÃses más boreales, o más australes, en que a lo largo del año hay severas variaciones climáticas y de disposición de luz solar.
Tales mudanzas resultan en cambio insensatas en nuestras regiones tropicales, en que el sol casi siempre brilla y todos los meses lo hace por muchas horas.
A contracorriente, médicos y cientÃficos han documentado los trastornos de todo tipo en los seres humanos por andar fingiendo de manera colectiva que la vida va más tarde o más temprano.
Si tantos beneficios de ahorro energético hay en eso de los adelantos, para casi todo México serÃa más práctico cambiar de una vez y de manera permanente el huso horario. Pero entonces nos desincronizarÃamos de los norteamericanos en invierno, y eso no serÃa polÃtica ni económicamente correcto.
Nuestro paÃs paga, cada vez que hay cambio de horario, el pecado de estar tan cerca de la potencia dominante. Asà ha sido por veinte años, y los que faltan.