Marcial Campuzano
Al Día
La actitud arrogante y autoritaria del presidente municipal de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, degeneró ya en un primer conflicto con el grupo de regidores que pertenecen al Partido de la Revolución Democrática, que se asume como la segunda fuerza política en el ayuntamiento, cuyos integrantes se quejan de ser ignorados, de no ser tomados en cuenta en las decisiones y acciones de gobierno, y acusaron al alcalde de violar sistemáticamente la Ley Orgánica del Municipio Libre al no convocar a sesiones de cabildo.
Este conflicto interno en el gobierno municipal de la capital del estado, es lo único que la faltaba a esta problemática ciudad, en la que los servicios públicos están por los suelos, en donde se agudiza la carencia de agua por un proyecto fallido del gobierno federal, y en el que la inseguridad pública está a la orden del día.
La confrontación del alcalde y su cuerpo de regidores, evidencia sin lugar a dudas, la falta de oficio político del presidente municipal de Chilpancingo para llevar una fiesta en paz con el cuerpo edilicio, considerando que el municipio de Chilpancingo ya no quiere más problemas sino superar y resolver bien los que enfrenta a favor de la población, que todos los días sale de sus casas a ganarse el pan del día.
La queja principal de los regidores perredistas de la comuna capitalina, es que son cien por ciento ignorados por el presidente municipal, de que no son enterados de las acciones de gobierno a realizar, y de que el alcalde hace lo que quiere, como ocurrió con la integración y aprobación de la iniciativa Ley de Ingresos del Municipio, que no fue discutida a cabalidad antes de ser aprobada y enviada al Congreso del estado para su validación.
Al respecto, los regidores revelaron que para el próximo año el presidente municipal, los dos síndicos y el grupo de regidores que pertenecen al Partido Revolucionario Institucional, pretenden incrementar los impuestos a los comerciantes de los mercados establecidos en la ciudad; a los baños públicos y a los anuncios espectaculares, a lo cual se opusieron los regidores perredistas.
Esta actitud demuestra que la política del alcalde capitalino, no está acorde con la situación de pobreza que vive la población, ni con las políticas públicas asumidas por el titular del Poder Ejecutivo del estado, quien en la Ley de Ingresos para el ejercicio fiscal 2016, no propuso la creación de impuestos ni incrementar los montos de los que ya existentes en la miscelánea fiscal.
Por la forma de ser del alcalde, no escapa la posibilidad de que el ayuntamiento de Chilpancingo se convierte en un corto tiempo en un polvorín, porque ya quedó a la vista que las fuerzas opositoras al PRI en el gobierno municipal, alzarán la voz toda las veces que Marco Antonio Leyva pretenda imponer a su modo las acciones de gobierno, entre las que destacarán el programa de obra pública con el presupuesto que ejercerá el próximo año, que con seguridad también degenerará en otra confrontación.