Rodolfo Villarreal Ríos

La izquierda pepenadora de cascajo priísta

La izquierda pepenadora de cascajo priísta
Periodismo
Enero 10, 2016 13:18 hrs.
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Iniciamos el 2016 con un espectáculo degradante, en el cual los actores principales se baten entre la izquierda y la derecha, mientras en medio de ellos, cual invocación acuñesaca, los independientes aparecen como adalides de la pureza. Inmersos en el dilema de sí va o no unida con el panismo en las candidaturas para gobernador en varias entidades, la supuesta izquierda mexicana exhibe que lo de ellos es el oportunismo medido en cuantas ganancias pecuniarias les arrenda recoger cascajo priísta. Aun cuando esto no es nuevo, ese ha sido su alimento desde el momento en que dejaron la clandestinidad para incorporarse a la oficialización. Demos un repaso.
La “nueva” izquierda mexicana nace al oficialismo con cascajo reciclado proveniente del PRI. Ahí, se encontraban aquellos quienes de pronto olvidaron que los negocios y cargos con los cuales amasaron una fortuna provenían de decisiones unipersonales. Sin embargo, cuando no les cumplieron sus “caprichitos,” se envolvieron en el ropaje de puros y castos para investirse como adalides democráticos. Así, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano borró de la memoria que la fortuna familiar había nacido, crecido y consolidado gracias a las bondades de toda esa antidemocracia. De igual manera, pasó por alto que él había sido designado subsecretario de la forestal, senador y gobernador de Michoacán por la vía poco alabable del dedazo. Y, también, a través de esa forma quería que le entregaran, primero PEMEX y después la presidencia de la república. Al negárselo, recordó que su “papacito” había vivido del cuento de ser un demócrata y en esa bandera se ensabanó. Para ello, encontró como su ideólogo al saltimbanqui por antonomasia, Porfirio Alejandro Muñoz Ledo y Lazo De La Vega quien años después mostraría cuan demócrata era al alegar derechos de sangre. Y aquella mezcolanza fue aderezada con distinguidos miembros de la izquierda. Uno, era el casto y puro pesetero (por las siglas de su partido el PST), Rafael Aguilar Talamantes. Otro, el socialista convencido, excepto cuando se trataba de explotar pasantes de ingeniería y arquitectura, o bien de permitir utilizaran, no precisamente de a gratis, en los puentes de las carreteras construidas durante el salinismo, el sistema antisísmico diseñado para edificios, nos referimos a Heberto Castillo Martínez. O aquel quien fuera víctima de un secuestro, aun cuando muchos dicen que fue un acto auto infligido, el líder del PSUM, Arnoldo Martínez Verdugo. Sin olvidar al líder del STUNAM, Evaristo Pérez Arreola muy bragado para atacar a otros en ausencia, pero poco propicio a sostener las acusaciones cuando los tenía enfrente o bien decía no conocerlos al percatarse de que ante él estaba una descendiente de alguien a quien había calumniado. Y así, podríamos seguir con un sinfín de izquierdistas impolutos entre los que por supuesto se encontraban la gran mayoría de los rescoldos del movimiento del 68 quienes vislumbraban que en caso de acceder al poder ya no tendrían que continuar “transando” expendedores de garnachas ubicados en el Paseo de las Facultades, las miras serían más altas y el universo más amplio. Así, nació aquel muégano denominado Frente Democrático Nacional (FDN) que más tarde sobrevendría en el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Con la cantaleta plañidera de que “se cayó el sistema,” frase por cierto de la autoría de Jorge Alcocer Villanueva y no de Manuel Bartlett Díaz (hoy en proceso de beatificación izquierdista) como se ha hecho creer, y así le “robaron” la presidencia a Cárdenas, emprendieron la tarea de ver cómo le sacaban raja a aquello. En 1997, se encontraron con una elección, definida de antemano, para entregar el gobierno del Distrito Federal al “adalid” de la democracia, el ciudadano Cárdenas. Y con la ciudad en plena picada gracias a las pésimas administraciones priistas, una de ellas encabezada por Manuel Camacho Solís, convertido después en cascajo del que acostumbra pepenar la izquierda, el cardenismo y los suyos, se encargarían de que no perdiera viada. Aun había mucho espacio para alcanzar el fondo.
Pronto demostraría, como ya lo había hecho en Michoacán, que eso de gobernar le salía excelente en los discursos, en la praxis era otra cosa. Así, le llegó el tiempo de volver a aspirar a la presidencia de la república y, creyendo que todo quedaba en familia, dejó como encargada a Rosario Robles Berlanga quien, hoy casi en olor a santidad bajo el priismo, encontró que el tango era más divertido que las pirekuas. Olvidó a su protector y le dio por armar negocios que la hicieron terminar entre el escándalo. Y en el 2000, hubo la orden de aceptar la candidatura, y asegurar el triunfo, del ciudadano con residencia y credencial para votar en Tabasco, Manuel Andrés López Obrador (ese es su nombre real) quien no debemos olvidar también proviene del cascajo priísta. A partir de ahí, ahora sí a olvidarse de la mezclilla y los tacos de suadero. Llegaron los tiempos de bonanza y nada de andarse rebajando a niveles tales. El billete corría libre y alcanzaba para todo y todos. A nada, se le hacia el asco. Poco importaba regalar el centro de la ciudad de México si a cambio iba el apoyo para financiar la campaña por la grande. Que la perspectiva religiosa fuera distinta no importaba, el cardenal significaba el apoyo de muchísimos crédulos y por lo tanto había que darle sus regalitos. Los negocios no podían quedar al margen, a construir segundos pisos y bloquear la información sobre los contratos, después de todo que importa al vulgo a quien y como se otorgaron. Que el ambulantismo floreciera fue la consigna, era necesario impulsar el comercio y el empleo, faltaba más. Sí a René Juvenal Bejarano Martínez y Carlos Imaz Gispert, ellos sí “izquierdistas puros” y no cascajo priista, los filman metiéndose billetes en las bolsas, carecía de importancia, fue simplemente falta de precaución. Mientras tanto, las delegaciones defeñas eran una cloaca cuyo objetivo era destruir la ciudad, obra que realizaron en forma sostenida hasta que llegó el tiempo de irse a buscar la presidencia. López Obrador creyó tener la victoria en la bolsa y cuando los panistas le salieron más “vivos” en eso de comprar voluntades, pues armó su plantón en la avenida Reforma. Mientras tanto, en el gobierno del D.F., por vía de mientras a cargo del intendente de izquierda, Alejandro Encinas Rodríguez, repetía la izquierda llevando como abanderado a otro sujeto proveniente del cascajo priísta, Marcelo Luis Ebrard Casaubón. Serian seis años de vender ilusiones. Una maquinaria bien aceitada, con billetes, no escatimaba alabanzas y hasta le alcanzó para comprar el título del mejor alcalde del mundo. Logró encaminar la ciudad hacia la igualdad, casi lo logra vía la pauperización total. La corrupción floreció en cada una de las delegaciones y como joya de la corona inauguró la Línea 12 del Metro la cual tuvo que ser cerrada al poco tiempo y exhibida como un ejemplo de la “tranza.” Y en estos días, la izquierda continua en su obra por la igualdad, ya casi logra que todas las calles y avenidas cuenten con al menos un bache. Pero si eso fue en la capital, en los estados no se quedaron atrás.
En Baja California Sur, la izquierda gobernó con un par de miembros del cascajo priista. Leonel Cota Montaño quien realizó un gobierno mediocre y heredó el cargo a otro saltimbanqui, que pasó del PRI al PAN al PT y acabó de perredista, Narciso Agúndez Montano quien terminaría en la cárcel. En Chiapas, recogieron cascajo priísta en la persona de Juan Sabines Guerrero quien poco hizo por la entidad, mientras enlodaba la obra de su padre, el gobernador priista Juan Sabines Gutiérrez y ponía en vergüenza el legado de su tío, el poeta Jaime. En Michoacán, entre los cardenistas, Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel enfilarían la entidad al fracaso, obra que consolidaría el priista, no muy alejado del cardenismo, Fausto Vallejo Figueroa. Hoy, Silvano Aureoles Conejo aun no demuestra nada. Tlaxcala fue gobernada por la izquierda personificada en el cascajo priista de Alfonso Sánchez Anaya. En Tabasco, se fueron de arqueólogos y rescataron cascajo del priísmo cuaternario en la figura de Arturo Núñez Jiménez quien se ha distinguido por desarrollar un gobierno pobre entre tonalidades grisáceas y oscuras. En Zacatecas, primero con el cascajo priista, Ricardo Monreal Ávila y después con Amalia García Medina, hija de Francisco Espartaco García Estrada quien fuera gobernador priista y mozo de estoques del cacique priista Leobardo Reynoso Gutiérrez, dejaron el estado en ruinas.
Cuando no les alcanzó por sí mismos, los de izquierda deciden irse a la pepena acompañados por los panistas. Las diferencias ideológicas no importaban, todo era por derrotar al PRI, obviamente escogiendo candidatos entre el cascajo de ese partido. Ese fue el caso en Chiapas con Pablo Salazar Mendiguchía quien hizo un gobierno pésimo y terminó como habitante del penal. Ángel Heladio Aguirre Rivero sucedió a otro converso al izquierdismo, Zeferino Torreblanca Galindo cuya obra continuaría para destruir Guerrero. En alianza con López Obrador y otros distinguidos izquierdistas engendraron el desaguisado de Ayotzinapa, el cual si bien ahora se achaca al gobierno federal es porque el presidente dio oídos a la estrategia diseñada por el chico maravilla, Nuño Mayer, quien lo embarcó en el berenjenal en que hoy esta. En Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo logró que sus antecesores priistas, quienes no fueron precisamente buenos gobernantes, lucieran brillantes. Mario López Valdés consiguió entronizarse como gobernador de Sinaloa, en donde no realizó nada espectacular.
Al iniciarse el presente sexenio, quien sabe a cambio de que, los perredistas aceptaron participar en el Pacto por México. Ahora andan por ahí buscando que no se les asocie con el mismo. Por ello, López Obrador fue a instalar su propio negocio y les arrebata crédulos a sus antiguos aliados. De pronto, la izquierda oficializada en el PRD entró en una crisis de liderazgo. Intentaron convencer al antiguo patriarca, Cárdenas Solórzano quien les dijo, congruente con todo lo que en realidad ha sido siempre, aceptar bajo la condición de que le dieran poderes absolutos. Se los negaron y los dejó huérfanos hasta el grado que entre sus miembros no hubo quien quisiera entrarle.
Para no perder la costumbre, fueron a recoger más cascajo priista. Alquilaron como presidente del PRD a alguien que en un momento dado dijo ser priista, aun cuando en realidad es un panista de closet disfrazado de socialdemócrata, Agustín Francisco de Asís Basave Benítez. Como muestra de lo anterior, este ciudadano ya amenazó que si no lo dejan aliarse con el PAN abandona la presidencia del partido. No le es suficiente con que le hayan aceptado dicha fórmula en Durango y Zacatecas. Demanda que le consientan ir de esa manera en Puebla, Tlaxcala, Veracruz y ahora también Oaxaca. En todas esas alianzas, por supuesto, espera pepenar cascajo priista entre aquellos descontentos porque no les dieron lo que ellos creían merecer y sin decoro muestran que su fidelidad está en función de quien pueda satisfacer sus caprichos y sea capaz de proveerlos con recursos pecuniarios. Cualquier coincidencia con otro oficio es mera coincidencia. La izquierda no actúa como regenteador, está dedicada simplemente a pepenar cascajo priísta.
Con toda certeza, izquierdistas como José Revueltas Sánchez y Valentín Campa Salazar estarán revolcándose en sus tumbas, mientras dicen: Y nosotros de pen..santes que fuimos a parar a la cárcel por defender los principios de la izquierda. vimarisch53@hotmail.com
Añadido (1): Al parecer, aún hay quienes persisten en creer que The New York Times realiza periodismo objetivo. Están atrasados de noticias, eso dejó de hacerlo hace muchísimos años. Hoy, es un espacio que editorializa las noticias para convertirse en vocero del Partido Demócrata estadounidense y acólitos que lo acompañan. En los EUA ya pocos lo leen. Por ello, sí alguien le aporta billetes para que funcione, adopta el papel de jinete vengador.
Añadido (2): De nueva cuenta un panista puro y casto nos revela como a ellos en lo oscurito les sale su lado “salvaje,” además de mostrar que su discurso santurrón es para el consumo de los crédulos que los siguen. Claro que todo se perdona con ir el domingo a confesarse y poner cara contrita al recibir la ostia, obviamente sin olvidar el consabido moche, perdón limosna.
Añadido (3): ¿Que opinan ahora quienes nos llamaron exagerados? ¿Ya vieron lo que sucedió en Colonia y Hamburgo, Alemania durante las celebraciones de fin de año? ¿Seguirá la Canciller Angela Merkel dispuesta a aceptar anualmente un millón de “refugiados” musulmanes?

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