La medicina social entró en terapia intensiva

Una Feliz Navidad para todos los que nos siguen.
Que todo el Nuevo Año sea de felicidad, prosperidad y salud.
A pesar de todos los anuncios oficiales y de las estadísticas gubernamentales, los millones de mexicanos que recurren a las instituciones del Sector Salud siguen careciendo de una oportuna atención, de un trato humanizado y de eficientes resultados. Lo mismo es en el desmantelado ISSSTE que en el desarticulado IMSS, cuyos directivos desconocen la realidad de las instituciones a su cargo, porque permanecen encerrados en las oficinas centrales y se atienen a los informes de segundos y terceros mandos.
Con frecuencia el Presidente de la República nos asegura que todas las familias cuentan ya con protección médica, que el seguro popular cubre los requerimientos en ese ámbito. En parte es verdad, pero las dos principales instituciones están faltas de personal capacitado, hay escasez de medicamentos, de instalaciones limpias y, sobre todo, de médicos y enfermeras con vocación de servicio social, de dar un trato cordial, humano a los pacientes.
Particularmente en el estado de Jalisco están prendidos los focos rojos, porque “los servicios de salud, están en terapia intensiva”. Se hizo público que hay desabasto de medicinas, que faltan camas en todos los hospitales, así como las cirugías se demoran meses y las citas para consulta se programan para cinco o seis meses después. Los decesos de pacientes son frecuentes, porque “no hubo equipo”, “porque nunca se ordenaron los estudios necesarios” y “porque el (médico) especialista se fue de vacaciones y no hay suplente”.
Hace una semana fue revelado el caso del señor Roberto Gutiérrez, quien falleció el día que tenía que acudir a solicitar una cita para ser atendido de cáncer, porque cuando acudió en octubre le dijeron que no podía recibir atención “porque el médico especialista está de vacaciones y no dejó suplente”, según le manifestó un gastroenterólogo que lo recibió. Esto ocurrió en 2014 en la Clínica 110 del Instituto Mexicano del Seguro Social, en Guadalajara, Jalisco. Otro antecedente es que estuvo internado durante una semana, pero no pudieron hacerle los estudios necesarios,” porque no había equipo”.
De acuerdo con la información que recibí, los familiares de Roberto Gutiérrez, sin influencias que son muy necesarias en el IMSS y sin recursos económicos, lograron que el señor fuese atendido en la Clínica 46, pero ya era demasiado tarde y el mal que padecía en el hígado se extendió a la vesícula. El hombre tenía 57 años de edad y veinte de ellos los dedicó a trabajar en la Cruz Verde “Leonardo Oliva”, también ubicada en la capital jalisciense. Murió el día 5 de diciembre de 2014, fecha en que lo citaron para darle “ficha” y que pasara al consultorio del médico vacacionista. No es el único caso, como lo pueden certificar las autoridades del ramo.
El delegado del IMSS en Jalisco, Marcelo Castillero Manzano, en declaraciones periodísticas admitió que hay complicaciones en el área de especialidades, pero, el pero que nunca falta, seguramente eso no ha reportado a la dirección general de la institución y, en consecuencia, en las oficinas centrales “se deslindan” de responsabilidades, mientras los derechohabientes y sus familiares mueren.
Otra anomalía que no tiene, hasta ahora, una corrección es el abastecimiento de tanques de oxígeno a quienes lo requieren para su supervivencia. El servicio está subrogado, el paciente o sus familiares después de cubrir trámites deben de solicitar el servicio, vía telefónica, a la empresa concesionada, con un mínimo de 24 horas de anticipación. No pocas veces la entrega tarda hasta más de 48 horas o bien no se hace, lo que puede provocar la muerte del enfermo y no hay ningún responsable de la falla mortal.
PREGUNTA PARA MEDITAR:
¿Cuál será la respuesta del director general del ISSSTE ante el desmantelamiento de las tiendas que, por años, beneficiaron a los derechohabientes en el activo o jubilados?
Jherrerav@live.com.mx