Los invisibles de Guerrero


Por Miguel Ángel Mata Mata.

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Los invisibles de Guerrero
Periodismo
Enero 11, 2016 09:02 hrs.
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Desplazados

Preguntamos: ¿Habrá un foro para medios de comunicación? El silencio fue la respuesta de unos. Otros de plano enviaron inmenso signo de interrogación que nos dejó cara de “¿juát?”. Alguien sensato informó: “en el tema de participación ciudadana podría incluirse el asunto de los medios”.
La pregunta lleva jiribilla. Los periodistas no son ciudadanos de excepción como para recibir trato especial por parte del gobierno; pero sí han sido considerados por organismos internacionales de los derechos humanos como figuras vulnerables cuya actividad en si misma conlleva riesgos de muerte.
Luchadores sociales, activistas, periodistas y nuevas figuras sociales no aparecen en planes ni consultas de gobierno. Son, pues, invisibles.
GUERRERO
La realidad del estado de Guerrero no es la misma que el año pasado, cuando el electorado sacó a patadas del poder a perredistas corruptos, cómplices del narcotráfico y con las manos manchadas de sangre de estudiantes, maestros, luchadores sociales y periodistas.
En los mandatos de Zeferino Torreblanca Galindo y Ángel Aguirre Rivero los periodistas muertos superaron las dos decenas. Los luchadores sociales y activistas asesinados superaron las cinco decenas. Alcaldes, diputados y regidores corrieron el mismo destino.
Ha sido por ello que preguntamos: ¿incluirán a sectores vulnerables en el Plan de Desarrollo de gobierno de Guerrero 2015 2021, que se confeccionará a partir de foros de consulta llamados Guerrero Opina?
LOS DESPLAZADOS
Existe otro grupo vulnerable que ha desaparecido a la mirada de sus gobiernos municipales, estatal o federal. Es uno muy extendido integrado por víctimas de la narcoviolencia.
El primer día de enero, la revista Nexos nos obsequió maravillosa investigación firmada por Laura Rubio Díaz y Brenda Pérez Vázquez, llamada “La Tragedia Invisible”. La conclusión de las investigadoras da escalofrías e indigna. En su última línea sintetizan el drama de miles: ¿a quién le importan?
Las investigadoras revelan la aparición de un grupo de parias: los desplazados. Unos por las guerras, otros por la política y otros por el narcotráfico.
Éste es el triste caso de Guerrero: los desplazados por la narcoviolencia son miles pero… ¿a quién le importan?
EN EL PLANO MUNDIAL
Para finales de 2014, 38 millones de personas alrededor del mundo han sido desplazadas de sus lugares de origen, concluyen las investigadoras. América Latina ocupa el tercer lugar como la región con más desplazados internos en el mundo después de Medio Oriente y África, con aproximadamente 7.04 millones de personas internamente desplazadas.
Entre 2012 y 2014, 19 de las 50 ciudades más peligrosas del mundo se encontraban en América Latina, y la región sobrepasó a África en su índice de homicidios. Las condiciones que lo permitieron, es decir, la corrupción, la impunidad y la falta de Estado de derecho, particularmente en Colombia, México, Guatemala, El Salvador y Honduras continuaron en 2015.
En estos países el desplazamiento ha sido el último recurso para salvaguardar la vida de individuos, familias o comunidades enteras victimizadas y atemorizadas.
Además, durante 2014-2015 en algunas provincias de la región el desalojo de comunidades de sus tierras para la explotación ilegal de recursos naturales (minería, madera, aceite de palma, biocombustibles, entre otros) y cultivo de amapola y cannabis se convirtieron en prácticas comunes, dejando a miles de familias sin sustento y sin hogar, particularmente en Colombia, Guatemala y México.
LOS DESPLAZADOS DE MÉXICO
El Observatorio de Desplazamiento Interno del Consejo Noruego para Refugiados establece que en Colombia existen hoy en día 6.04 millones de personas desplazadas al interior del país (el 12% de su población); en México al menos 281 mil 400; en El Salvador 288 mil 900; en Guatemala 248 mil 500; en Honduras 174 mil.
En la historia reciente de México abundan imágenes de desarraigo y dolor producido por el desplazamiento interno, pero del cual se ha hablado poco.
La “catástrofe de seguridad pública” y derechos humanos que vive el país desde 2007, resultado de la estrategia de seguridad tanto del gobierno de Felipe Calderón como de Enrique Peña Nieto, ha llevado consigo un incremento en el desplazamiento forzado, tanto transfronterizo como interno.
GUERRERO Y ACAPULCO CAMPEONES EN
DESPLAZADOS INVISIBLES
Las fuentes estadísticas nacionales existentes nos dan tan sólo indicios de que el fenómeno existe y de su intensidad y comportamiento espacial. Por ejemplo, cruzando información censal (INEGI 2010) con migración interna e índices delictivos de 2010 (homicidios, INEGI 2010), podemos inferir que los municipios más violentos (Ciudad Juárez, Tijuana, Chihuahua, Culiacán y Acapulco) perdieron 4.5 veces más población que los no violentos con las mismas características socioeconómicas.
Alrededor de seis de cada mil habitantes de los municipios expulsores con alta violencia podrían haber abandonado el municipio a causa de la violencia. En el periodo 2005-2010 los estados más violentos que perdieron más población fueron Guerrero, Sinaloa, Chihuahua y Durango.
Sin embargo, el desplazamiento pudo haber sido mayor debido a que muchas personas se desplazan al interior de la misma entidad y estos movimientos no son captados por ninguna encuesta oficial.
Basándonos en un monitoreo sistemático de los desplazamientos forzados registrados en la prensa nacional y local de 2011 a la fecha, en trabajo de campo realizado en siete estados (2011-2014), en más de 300 entrevistas realizadas, y en estudios más focalizados sobre el desplazamiento en Chiapas, Ciudad Juárez y Sinaloa, podemos afirmar, sostienen las investigadoras, que en México hay al menos 287 mil 358 personas desplazadas al interior del país.
Desde 2011 a la fecha se han dado 154 episodios de desplazamientos masivos (de más de 10 familias) en 15 estados: Baja California (3%), Chiapas (7.7%), Chihuahua (5%), Coahuila (1%), Durango (5%), Estado de México (2%), Guerrero (21.5%), Michoacán (14%), Morelos (1%), Nuevo León (4.3), Oaxaca (4.7%), Sonora (0.5%) Tamaulipas (12%), Sinaloa (16%) y Veracruz (1.3%) provocados fundamentalmente por la rivalidad delincuencial entre cárteles de la droga, entre éstos y las fuerzas de seguridad del Estado y por los altos índices de criminalidad que afectan a mexicanos (y a extranjeros) mediante delitos dolosos como homicidio, desaparición forzada e involuntaria, amenazas, extorsión, tortura, entre otros, y que cuando la situación es insostenible huyen para salvaguardar sus vidas.
NUEVE MIL DESPLAZADOS
EN DIEZ MUNICIPIOS
Los desplazamientos que se han presentado en Guerrero en los últimos dos años han sido identificados en mayor medida en los municipios de San Miguel Totolapan, donde diversos episodios de violencia han obligado a alrededor de dos mil personas a desplazarse.
De Acapulco, Teloloapan, Apaxtla de Castrejón, Zumpango, Atoyac, Chilapa, Iguala, Zirándaro y Tecpan se han desplazado alrededor de siete mil personas.
Estos movimientos también han implicado serias repercusiones para las comunidades receptoras. Por ejemplo, durante 2014 Tecpan de Galeana fue el municipio receptor de más de 300 familias provenientes de las comunidades de Las Mesas II y Linda Vista, ubicadas en el municipio de San Miguel Totolapan, y no se han podido establecer medidas de seguridad que garanticen el retorno seguro de las víctimas.
Las poblaciones desplazadas de Guerrero están conformadas por indígenas, comuneros, ejidatarios, comerciantes, activistas y sus familiares, defensores de derechos humanos, defensores de la tierra y medioambientales, médicos y periodistas, familiares de víctimas de delito y de violaciones a derechos humanos.
CIEN MIL GUERRERENSES
SE FUERON A MORELOS
En agosto de 2015 el gobernador de Morelos, Graco Ramírez, reconoció el arribo de más de 100 mil indígenas provenientes de la zona de Tierra Caliente en el estado de Guerrero que abandonaron sus hogares debido a la violencia y que hoy radican en los municipios de Ayala, Xochitepec, Zapata, Temixco y Cuernavaca.
Ante este panorama desolador, concluyen las investigadoras, la respuesta de las autoridades mexicanas ha sido de gran negación y reticencia a hacerse responsable, dejando a miles de mexicanos en una situación de gran vulnerabilidad y en completo abandono.
Cuando una familia desangrada por la extorsión o el dolor del asesinato de un padre, o la desaparición de un hijo es obligada a cerrar sus negocios, abandonar sus tierras productivas y huir, preguntan a manera de conclusión las investigadoras, ¿a cuántos mexicanos deja sin empleo? ¿Cuánto dinero deja de circular en la economía? ¿Cuánto alimento se deja de producir por el abandono de las tierras de campesinos y ejidatarios lastimados y extorsionados? ¿Cuánto le cuesta a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público el que mexicanos extorsionados se vuelvan informales? ¿Cuántas casas abandonadas, cuántos créditos hipotecarios sin pagar de desplazados perseguidos por el crimen organizado lastiman las finanzas de instituciones como Infonavit? ¿Cuántos de los nuevos mexicanos en situación de pobreza y pobreza extrema estimados por Coneval son desplazados internos? ¿Cuántos votos le cuesta a los partidos políticos la injusticia, la corrupción, la impunidad, el abandono a los más vulnerables? En fin, ¿a quién le importa?
PREGUNTA SIN RESPUESTA
Volvemos a preguntar: ¿Habrá espacio para los invisibles en los planes de gobierno?

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