El dirigente de la Unión General de Obreros y Campesinos y México (UGOCM), Antonio Gaspar Beltrán, señaló que la certificación de los mandos policíacos debe medirse en relación a la eficiencia en el combate al crimen, porque de nada sirve que un municipio tenga un secretario de Seguridad pública certificado por el Gobierno federal, si los niveles de criminalidad no disminuyen y la gente no tiene seguridad para realizar sus actividades cotidianas.
“Tal pareciera que la certificación oficial no es garantía de eficiencia”, reflexionó el ex diputado, al señalar que hay trasfondo político en las visitas del Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong a Guerrero, pues lejos de tender los puentes de coordinación institucional, se dedica a golpetear mediáticamente a alcaldes del PRD, como el de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, con el tema del Mando Único y la certificación de funcionarios.
En entrevista, comentó que las visitas a Guerrero por parte del Secretario de Gobernación, deberían ser garantes del respeto institucional y no una muestra de que con la fuerza mediática se puede vulnerar la autonomía municipal, en lugar de establecer la coordinación institucional necesaria para enfrentar las tareas comunes para bien de la sociedad.
Se refirió a la controversia generada a partir de que el jueves de la semana pasada en el municipio de Chilapa, Osorio Chong señaló que el entonces secretario de Seguridad del Ayuntamiento de Acapulco, Francisco Sandoval Vázquez, no había cumplido con la acreditación y los exámenes de confianza obligatorios para mandos policíacos, además de que había presentado un título apócrifo.
Antonio Gaspar señaló que el Secretario de Gobernación debería atender la situación de inseguridad en Chilpancingo con la misma importancia que le da al municipio de Acapulco, porque en la capital, si bien el secretario de Seguridad Pública, Esteban Espinosa Montoya, si está certificado como mando policíaco “hay un grave problema de violencia e inseguridad pública”.
Sugirió que sería bueno evaluar la certificación ante la eficiencia, y que el tema de la certificación a los funcionarios no se limite solamente al documento que el propio Gobierno federal expide.
“Debe medirse también en la eficiencia y en los resultados que la sociedad espera. Ante la realidad que estamos viviendo aquí en la ciudad capital, tal pareciera que la certificación oficial no es garantía de eficiencia”, planteó el ex diputado.
Agregó que “la certificación a funcionarios no debe reducirse a intereses políticos o grupales, donde únicamente los afines sean aceptados y los amarillos sean rechazados”.