Por Jorge VALDEZ REYCEN
Crónica
• Entre amagos de normalistas, no se frustró el arranque de campañas en la capital
• Astudillo hace suyo el reclamo de padres de normalistas y de deportistas muertos
• “No a la confrontación”, recomienda y asegura: “Nosotros también nos indignamos”
Por Jorge VALDEZ REYCEN
--Llamo a mi pueblo, donde nací, a que cerremos filas y recuperemos la gubernatura de Guerrero –expresó con vehemencia Héctor Astudillo Flores en la capital.
Ante miles de priístas, el candidato de la coalición PRI-Verde a la gubernatura de la entidad, inició el arranque regional de las campañas a presidencias municipales, diputaciones locales y diputaciones federales bajo la premisa de que “iremos por el cambio que exige la gente, pero con orden y paz. No a la confrontación”.
Acompañado por Mario Moreno Arcos, Manuel Añorve Baños, su esposa Mercedes Calvo y decenas de aspirantes a cargos de elección popular, Astudillo recalcó que “el pueblo de Chilpancingo siempre se ha sabido levantar ante las injusticias y los abusos del poder”.
Y en abierta alusión a lo ocurrido en Iguala, el 26 de septiembre de 2014 –hace seis meses exactamente— se pronunció con la misma frase que han hecho suya los padres de los 43 normalistas desaparecidos: “Ni perdón, ni olvido: Justicia”.
Recordó a los deportistas del club de futbol de tercera división, “Los Avispones” que fueron atacados la noche del 26 de septiembre, en aparente confusión con los normalistas de la escuela normal rural de Ayotzinapa. “Estamos indignados por lo sucedido en Iguala y necesitamos que se haga justicia”, sentenció.
Astudillo se comprometió a ser “un vigilante escrupuloso permanente de las obras que se realizan con recursos de la Federación, principalmente en la introducción de agua potable, para que se concluyan”, pero además, ofreció que “lo que haga falta lo vamos a terminar”.
Visiblemente emocionado, con la voz enronquecida, Astudillo presentó uno por uno a los candidatos a puestos de elección. Los llamó “los mejores” y los convocó a cerrar filas en unidad.
Antes, por la mañana en Olinalá –la cuna de la artesanía guerrerense con lacas que han dado fama y prestigio a orfebres indígenas nahoas— Astudillo encabezó una concentración de simpatizantes y militantes del PRI.
Desde la Montaña guerrerense, donde asistió a los arranques de las campañas de presidentes municipales y diputados federales y locales reiteró su convocatoria a “encabezar un gobierno de orden y paz para los guerrerenses y ganar contundentemente la gubernatura de Guerrero”. La premisa es “no más corrupción, no más impunidad y no al nepotismo”, les instruyó muy claro y preciso el candidato del PRI-Verde.
Astudillo caminó entre los miles de asistentes a la concentración y en la plaza cívica reiteró que Guerrero “no puede seguir siendo el primer lugar de todo lo malo que ocurre y el último de todo lo bueno”. Es tiempo –dijo— de cambiar y de transformar Guerrero. Me lo dijeron ayer en Cuajinicuilapa, en la Costa Chica y en Acapulco. La gente reclama y exige un cambio urgente, y veo el ánimo decidido a lograr ese cambio.
Por ello, reiteró su convocatoria “a cerrar filas todos, estamos a 40 días de las elecciones y es tiempo de recuperar el Palacio de Gobierno”.
Astudillo se declaró listo para el debate del próximo miércoles 29.
En las últimas 48 horas, los arranques regionales de la Costa Chica han sido apoteósicos y tumultuarios. Es el “músculo” del PRI y su estructura electoral probada en distintos momentos. La elección del 7 de junio será histórica en casi todos los aspectos, y se escribirá página a página.
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