La libertad intelectual es lo
único que nos queda hoy en dÃa
EL HOMBRE.
Si un hombre se preocupa por ganar dinero, es codicioso; si lo acumula, es un capitalista; si lo gasta es despilfarrador; si no sabe ganarlo, es una nulidad; si no trata de ganarlo, carece de ambición. Si lo gana sin trabajar, es un parásito; y si lo ahorra penosamente, después de una vida de privaciones, la gente dice que es un necio y un avaro que no supo sacar provecho de la vida.
ARTE
El artista debe seguir y reproducir fielmente la naturaleza en sus detalles; no puede alterar arbitrariamente la estructura del esqueleto y la colocación de los tendones y los músculos de un animal, de manera que éste pierda su carácter peculiar. Pues eso serÃa aniquilar la naturaleza.
Pero en las regiones superiores de la labor artÃstica, en las cuales el cuadro se hace propiamente cuadro, disfruta de la mayor libertad y puede acudir a ficciones, como lo hizo Rubens con el claroscuro que puso en sus paisajes.
El artista está en una doble relación con la Naturaleza; es al mismo tiempo su señor y su esclavo. Su esclavo, en cuanto necesita emplear medios terrenales para ser comprendido; su señor, en cuanto somete esos medios terrenales a sus elevadas intenciones y los aprovecha en su servicio.
El artista habla al mundo a través de una obra de conjunto. Mas este conjunto no lo halla en la naturaleza, sino que es fruto de su propio espÃritu, o si se quiere, la obra de un soplo divino.
AMOR
En las mujeres jóvenes amamos otra cosa que la inteligencia. Amamos su belleza, su juventud, lo que hay en ellas de provocativo, de confiado, su carácter, sus defectos, sus caprichos, y Dios sabe cuántas otras cosas inexplicables; pero no amamos su inteligencia. Estimamos un entendimiento brillante, y una joven que lo posea puede ganar mucho valor a nuestros ojos.
También puede servir la inteligencia para encadenarnos una vez que amamos; pero no nos infla ni despierta en nosotros la pasión.
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